jueves, 13 de diciembre de 2007

Los poetas preguntan

Con este poema finaliza el libro "Acuario Plateado por la Luna" que se brinda en versión completa en este sitio web.
Quizás dentro de algunos años volvamos a encontrarnos con sus personajes. Quizás no.
Todo depende del cruce de las paralelas en el infinito.












LOS POETAS PREGUNTAN.


Desde la atisbada rareza de la sombra
preguntan los poetas
si un ángel despechado
hace recorrer toda vida nuestra
de un aliento indolente
de promesa incumplida,
en palabras desiertas.


Preguntan si el amor,
ese vicio irredento,
se acerca a medianoche
a envainar los sosiegos
con sus rieles de ausencia.


Si palomas acaso,
vastas y hondas palomas
de ecos lúcidos, ciegas,
despliegan sus plumones
avisando que mueres.


Y si los pies descalzos
de virtud o pecados,
languidecentes penden
de adioses entreabiertos
por la herida de guerra,
que con solo decir:
"sangre"
roerá la cochambre
que orla en red el presente.


Como el agua espontánea que supura
de unas yemas nervales,
los poetas preguntan,
preguntan sin respuestas.











-fin
y
principio.

Advenimiento: El grito final

ADVENIMIENTO: EL GRITO FINAL






La mujer de agua
lleva un velo opaco
ante los ojos del perseguidor,
que la añora.


Ella lo trae de la nariz,
hacia el alto de un puente
o a la proa del Titanic.
Abre los brazos y se desvanece
para entregarse en la incierta frontera.

Cada gesto es una danza.
Una metáfora del deseo.
Un relámpago avizora el crimen
y frena al rayo.


Para el amante,
ella tiene cuerpo
en el estertóreo,
tremebundo grito orgiástico
que resuena y le devuelve
la perdida fe,
antes del advenimiento.





-

Dibujos

DIBUJOS




En la mente ha dibujado
un barco pirata,
intrépido y arrogante,
para cruzar los tiempos
y encontrarla ardiendo
en el granito en bruto
de un mascarón de proa.

Inflaman sus huellas escultoras
el fuego de ese amor ideal,
tal para cual,
diría el Capitán,
y las favilas de su corazón
de salamandra de plata
van a dar a la chimenea Central
que consume
la abundante levadura
del pan de los inocentes
que desean imposibles.

El cielo está entibiando su busca cósmica.

Sex

SEX.




La osada letanía de su cuerpo
devorando
un aplanado horizonte.
Sexo.
Restos de un naufragio
en las venas
elásticas y prohibidas.
Sabor de mil derrotas,
recuperado.
Sauce llorón espinal
de piernas sin raíces.
Los brazos abismales
llevan
al perfume ignoto
por sendas de evocación,
incoloramente.
Ofrenda del suicidio
a su lado
el hombre de plata
va recorriendo
tanta piel,
sin dedos,
entrando
en la caja sonora
como el primer día,
empapado en astrales besos.
Secreto erótico, prohibido,
en tierras por conocer,
que llegará hasta nosotros
recogiendo
sombras del presente impuro
sin ayeres apostados
a la desbocada vera,
de bronce sepulcral
en tumbas luminosas.





-

Viudez y desconsuelo

Mudez y desconsuelo




La mujer de agua
titánica y tornasolada
tal una catedral gótica,
pugna por salir de su encierro
de yuyo hirsuto
y convertirse
en deslumbrador remanso:
el vado del caminante.
Pretil, sostén y balaustrada
son su trágico destino
de hembra sin imagen,
ni carnadura.
La desconcierta el destierro.
Y no tiene ojos para mirar
aunque tiene lágrimas oxidadas
que salpican a borbotones
su viudez y su desconsuelo.





Fe de erratas:  Se publica "mudez" por "viudez"




-

Relatores deportivos

RELATORES DEPORTIVOS.


A Álex Méndez Chavira.



Cierta vez, un relator deportivo quiso meter a la mujer de agua en un termo milagroso, para llevarla bajo su brazo izquierdo a las canchas de fútbol.
Entre tiro de arco y tiro de esquina invocaba su nombre de santa:

Oh, Madonna mía,

y repetía himnos de hinchadas desconocidas como si fueran los cánticos de Independiente, Racing o Arsenal.


"No queremo vino tinto,
no queremo vino blanco,
somos fieles por instinto
a nosotros denos agua:
Somos hinchas del Chihuahua.


oleoleoleole

Somo macho de tribuna,
somo guacho de tablón,
alentamo bajo el agua
a mujeres en enagua
del equipo del Zanjón."


oleoleoleole


La Zuquita se reía con carcajadas sonoras, roncas y largas; prometía cebarles unos mates calentitos y luego, se esfumaba -horror del frasco de vidrio- como por arte de birlibirloque.

Niño de cera de abejas



A Marguerite Yourcenar.



El niño de cera de abejas empieza a adolecer germinando encrucijadas.
Tan joven él, y mientras lee "Memorias de Adriano" escoge fragmentos textuales
que serán collar de perlas de arcilla de su futuro poema.


Ahora intentará descifrar su recóndito significado premonitorio.


"Emplázame a tu gruta
a golpes de zapa
y fastos reales.
En el frotar de juncos
el amor lanzó su pica
y sus dos jabalinas
color de destierro, miel y sol.
El peso del toro agonizante
cazador en peligro
improvisóse una especie de festín.
La sabida estratagema
de la seducción
lo simplificaba todo.
El cadáver fue quemado
a orillas del mar.
Conocía el nombre de mis actores.
El pulso de la tierra
volvía a latir.
Nos sentíamos envueltos
a este mundo heroico
donde los amantes mueren
alternando su alegría
el uno por el otro
como las estrofas de una oda
inquietante y sinuosa.
Pero, ninguna caricia llega hasta el alma.

Ocho días después
los vendedores de sandías
anunciaban su mercancía
en la calle.
La luz del crepúsculo
caía rápidamente
envuelta por el lodo del río.

Todas las metáforas
recobran su sentido,
su santuario renovado.
Amor, el más sabio de los dioses
era el cielo de bronce
de los poemas de Homero,
sin estaciones y sin fin."