Niña de azúcar cande.
La mujer de agua antes de ser sílfide fue niña de azúcar cande (cristalizada y dulce).
Supo jugar con cañitas voladoras y vandálicos soldados de plomo que conseguía con modosas estrategias infantiles. Perseguía cardenales con red y los instalaba en pompas de jabón, para escándalo de madres solteras y sacerdotes del tarot.
Las niñas de azúcar cande se derriten bien fácil, como las celdas de los prodigiosos pájaros que atrapan.
La mujer de agua antes de ser sílfide fue niña de azúcar cande (cristalizada y dulce).
Supo jugar con cañitas voladoras y vandálicos soldados de plomo que conseguía con modosas estrategias infantiles. Perseguía cardenales con red y los instalaba en pompas de jabón, para escándalo de madres solteras y sacerdotes del tarot.
Las niñas de azúcar cande se derriten bien fácil, como las celdas de los prodigiosos pájaros que atrapan.
4 comentarios:
Qué bello poema, suena como una fantasía hecha realidad, esas niñas de azucar cande se erriten como chocolate en el paladar, un exquisito placer que a pocos locos les dan.
Bellas palabras.
ÉXITOS.
Belleza e inocencia. Azúcar, jaulas.
¿Dónde habrá quedado esa niña que levantó vuelo como los cardenales?
¿Yacerá en el fondo de este acuario el verdadero premio consuelo para Lucía?
Espero Folino verte nadar como pez en el agua en este nuevo blog.
Saludos.
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